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Hay variedades que producen aceite. Y luego está la picual, que produce carácter. En Villargordo, donde el olivar no es paisaje sino forma de vida, la Cooperativa SCA San Juan lleva décadas entendiendo esta variedad como lo que es: un patrimonio vivo. No es casualidad que OLIOA nazca exclusivamente de estas aceitunas; es una declaración de principios.
La variedad picual es una aceituna exigente, intensa, con una concentración natural de polifenoles y antioxidantes que la convierten en una de las variedades más apreciadas por quienes buscan un AOVE con alma y con ciencia detrás. Pero su magia no está solo en la genética: está en cómo se cultiva y en cómo se mima.
En SCA San Juan, la recolección temprana, la selección meticulosa del fruto y la extracción controlada permiten que esa personalidad verde, fresca y ligeramente picante llegue intacta a la botella. No es un proceso masivo, es un proceso consciente, es artesanía agrícola colectiva.
Por eso OLIOA no es un AOVE más. Es un aceite que conserva el ADN de su origen, olivares de Jaén cuidados por manos expertas, aceitunas recogidas antes de tocar el suelo y una variedad que lleva siglos siendo la columna vertebral del sabor andaluz.
La historia y la determinación de quienes siguen apostando por hacer las cosas como deben hacerse. Por eso es especial, porque está hecho de picual, pero también de orgullo
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