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De la poda a la innovación: cómo las hojas de olivo pueden convertirse en un tesoro sostenible

De la poda a la innovación: cómo las hojas de olivo pueden convertirse en un tesoro sostenible
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En nuestros campos, el olivar es mucho más que un cultivo. Es paisaje, tradición y economía. Pero también es fuente de innovación. Y es que lo que hasta ahora veíamos como un simple residuo de la poda, las hojas del olivo, podría convertirse en un recurso de alto valor para sectores como la cosmética, la farmacia o incluso la alimentación.

Un equipo de la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Industriales de la Universidad Politécnica de Madrid ha dado con una fórmula para extraer de forma sostenible los polifenoles presentes en estas hojas. Estos compuestos naturales son potentes antioxidantes muy apreciados en diferentes industrias por sus beneficios para la salud y su capacidad de frenar el envejecimiento celular.

Un recurso abundante y desaprovechado

España lidera la producción mundial de aceituna, con un 35 % del total, y cuenta con una cuarta parte de toda la superficie de olivar cultivada en el planeta. Con estas cifras, es fácil imaginar la enorme cantidad de restos de poda que generamos cada año.

Tradicionalmente, estas hojas acababan quemándose o desechándose, pero la investigación abre la puerta a un aprovechamiento mucho más inteligente, convertirlas en materia prima para elaborar productos de alto valor añadido.

La novedad de esta investigación radica en el uso de disolventes supramoleculares, es decir, soluciones “verdes” formadas por una fase orgánica y otra acuosa que permiten extraer los polifenoles sin generar los problemas asociados a los disolventes tradicionales. En este caso, la combinación ganadora ha sido ácido caprílico, etanol y agua, que no solo facilita la extracción, sino que además conserva la estabilidad de los antioxidantes con el paso del tiempo.

Impacto para el olivar y el medio ambiente

Este avance demuestra que es posible valorizar los subproductos del olivar, reduciendo residuos y aportando nuevas vías de ingresos para el sector. Y todo ello sin perder de vista la sostenibilidad: menos quemas, menos emisiones y más aprovechamiento de recursos naturales.

Como apuntan sus responsables, esta tecnología podría escalarse en el futuro, beneficiando tanto a cooperativas como la nuestra como a industrias que buscan ingredientes naturales de alta calidad.

El olivo nos da mucho más que aceite. Con investigaciones como esta, se abre un abanico de oportunidades para transformar un residuo agrícola en un activo estratégico para diferentes mercados.

Hace años, en nuestra cooperativa nos planteamos algo que, para muchos, sonaba a locura, reutilizar las ramas de nuestros olivos para leña y dar valor a un recurso que hasta entonces no aprovechábamos. Hoy, esa decisión visionaria se ha convertido en uno de los pilares de nuestra organización. Esta nueva investigación nos recuerda aquel momento, cuando la innovación y la mirada a largo plazo transforman lo que parecía un simple residuo en una oportunidad real.


En la SCA San Juan Villargordo lo tenemos claro, cada paso que acerque al olivar a la innovación y la economía circular es un paso que fortalece nuestro presente y asegura nuestro futuro.

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